domingo, 5 de abril de 2009

URANO EN TRANSITO EN ASPECTO CON SATURNO NATAL


URANO EN TRANSITO EN ASPECTO CON SATURNO NATAL


De “Los dioses del cambio”

Howard Sasportas



Cuando sus tránsitos llevan a Urano a formar algún aspecto con el Saturno natal, se produce un encuentro entre lo viejo y lo nuevo, y la naturaleza del aspecto sugiere hasta qué punto el contacto puede ser amistoso u hostil. Si Urano en tránsito forma un trígono o un sextil con nuestro Saturno natal, esto indica generalmente que estamos preparados para integrar en nuestra vida cosas nuevas. Podemos conservar lo mejor de lo viejo, pero poco a poco, suavemente, ir también haciendo lugar para ideas, creencias, metas, objetivos, personas e intereses nuevos, y si intentamos mantener a raya el cambio, no haremos más que autoestafarnos al privarnos del crecimiento y del despliegue de potencialidades que nos están reservados durante este período. Lo viejo y establecido está abierto al cambio, y el momento se presta para imponer formas de pensar nuevas a las figuras de autoridad. Podemos actuar a la manera de un puente entre las actitudes convencionales anquilosadas y las formas originales, nuevas e inéditas de abordar cualquier situación.


Cuando el tránsito de Urano lo lleva a formar una conjunción, una cuadratura o una oposición con el Saturno natal, esto apunta también a un momento en que lo nuevo se encuentra con lo viejo, pero de una manera que por lo común resulta más problemática y conflictiva, e incluso quizás explosiva (especialmente si está en juego Marte). En muchos casos, nos sentiremos tan inquietos y tan hartos de lo que ocurre en ciertas esferas de nuestra vida que poca opción nos quedará, salvo introducir cambios drásticos en ellas. Si hemos conservado una relación o un trabajo por razones saturninas, es decir, en aras de la seguridad y la lealtad, por un sentimiento del deber o por la necesidad de mantener el status quo, la fuerza de Urano nos arrastrará –o nos empujará- a modificar estas circunstancias. Nuestra lealtad se desplaza de lo viejo a lo nuevo, y nos encontramos dispuestos a correr riesgos y a romper con lo conocido, para explorar posibilidades diferentes.


Si en nuestra vida las viejas estructuras no han sido tan maravillosas ni tan satisfactorias, aun así a muchos nos costará bastante, estando bajo la influencia de un tránsito difícil Urano-Saturno, arriesgarnos a renunciar a lo familiar y establecido. Aunque otra parte de nosotros quiera liberarse, nos aferramos a lo conocido. Finalmente, sin embargo, un tránsito que coloque a Urano en un ángulo difícil con nuestro Saturno natal no nos permitirá dejarlo todo tal como estaba, y sólo podremos evitar el colapso total si intentamos mantener lo mejor de lo viejo al tiempo que hacemos espacio para lo nuevo, o bien tratando de rescatar lo que se ha estropeado y de mejorar las situaciones insatisfactorias. Pero si fracasáramos en estos intentos de mejorar las cosas, quizá no nos quede otra opción que deshacernos de lo viejo y sofocante, y así hacer lugar para los cambios que quiere producir Urano.


Un tránsito de Urano puede presentarse como algo especialmente cruel cuando está en juego Saturno, porque amenaza aquellos aspectos de nuestra existencia que nos dan la mayor sensación de seguridad. Lo más frecuente es que esto suceda cuando Urano en tránsito se opone al Saturno natal, pero también puede suceder cuando estos dos planetas están en conjunción o en cuadratura. Como si sufriéramos los efectos de un terremoto, las estructuras de nuestra vida se desmoronan y el suelo se nos hunde bajo los pies. Quizá seamos realmente víctimas del destino. Procedente del exterior, nos sucede algo que no podríamos haber evitado, y que, aparentemente al menos, nada hicimos por atraer sobre nuestras cabezas. Sin embargo, si entendemos que Urano es un agente de nuestro Ser nuclear, por algo debe haberse producido la conmoción. Incluso si no creemos en el concepto de un Sí mismo más profundo que guía nuestra evolución, podemos enfrentarnos a la situación de manera más creativa y con más éxito si le encontramos algún significado. Finalmente, tal vez lleguemos a descubrir que un tránsito difícil Urano-Saturno fue el catalizador que nos llevó a evolucionar de una manera a la cual, de no haber sido por su mediación, no habríamos tenido acceso.


En la mayoría de los casos, un autoanálisis sincero revelará qué papel nos cupo en la provocación del desastre o de la conmoción que socavó nuestra vida. Si, al contactar con Saturno, el tránsito de Urano acarrea efectivamente este tipo de perturbaciones externas, quizá nos haga bien dedicar algún tiempo a estudiar qué fue realmente lo que nos pasaba anímicamente durante los años que culminaron en aquel suceso. Si estábamos aburridos, inquietos y frustrados, pero sin reconocer estos sentimientos ni actuar de ninguna manera sobre ellos, puede ser que inconscientemente hayamos interpuesto el descalabro en nuestro camino. Por más que pueda gustarnos culpar a otros de lo que nos ha sucedido, usaremos de manera más constructiva estos tránsitos si finalmente llegamos a entender qué hemos hecho nosotros para que algunas facetas de nuestra vida se desorganizaran.


Los tránsitos Urano-Saturno ponen en peligro aquellos territorios en que actuamos demasiado a la defensiva, de una forma rígida y reprimida. A medida que Urano se aproxima a una conjunción, una cuadratura o una oposición con nuestro Saturno natal, podemos encontrarnos trabados en algún tipo de batalla con una figura de autoridad (padre, madre, maestro, jefe o funcionario del gobierno). Nuestra visión de cómo deben ser las cosas diferirá de la de esa persona, y nos resultará más difícil de lo habitual guardarnos nuestra opinión o hacernos a un lado y permitir que continúe algo con lo cual no estamos de acuerdo o que desaprobamos. Sin embargo, es probable que en este momento las confrontaciones demasiado directas no sean la manera más prudente de manejar la situación, ya que puede ser que el otro defienda su posición con una determinación no menor que la nuestra.


La batalla entre Urano y Cronos (Saturno) condujo al nacimiento de Afrodita (Venus). Cuando los tránsitos Urano-Saturno son difíciles, puede ser que necesitemos encontrar formas de comunicar nuestras ideas y creencias que no amenacen ni desalienten a aquellos que intentamos convencer. Puede ser útil, en este momento, introducir algún elemento de Venus –un poco de tacto y de diplomacia- para enfrentarnos con figuras de autoridad. Si haciéndolo así la situación no mejora, podemos recurrir a un ultimátum, ya que bajo la influencia de este tipo de tránsitos estamos muy fuertemente aferrados a nuestros principios, y para nada dispuestos a hacer concesiones. Y si la diplomacia no nos funciona y el ultimátum tampoco produce el resultado que deseamos, quizá no nos quede otro remedio que tomar la decisión más drástica e irnos con la música a otra parte.


1 comentario:

misticaluz dijo...

Amigo a parte de saludarte también vengo a disculparme por no pasar tan seguido como desaría, pero es que voy fatal de tiempo.

Te dejo un relajante abrazo y te avisaré para el aniversario del blog que no puedes faltar a la fiesta, lo pasaremos genial.

Un besote.

Beatriz