Una historia americana
La euforia es una forma amable e hiperbólica de representar la bella consistencia de las cosas. De otra manera, no nos podríamos explicar cómo es que la Premio Nobel Toni Morrison ha llegado a sostener que Barack Obama es un poeta. Este juicio –derivado de una especie de embriaguez whitmaniana de la democracia americana, la democracia concebida como la comunión en la igualdad y en la libertad cantada por el más grande poeta que ha dado ese país– nace, sin embargo, de una atmósfera de esperanza y de cambio. Pero la esperanza puede ser la virtud más grande de todos aquellos que están despojados del horizonte del mundo, o ser el peor de los castigos, el de seguir esperando absurdamente, como a menudo le sucede a quien las renueva con cada elección y las pierde al día siguiente de que los gobernantes enseñan el cobre. Barack Obama ha persuadido a los electores con ese discurso y ha tocado las tensas fibras de los ciudadanos norteamericanos pauperizados por la crisis financiera y abatidos por el analfabetismo de su actual presidente.
¿Cómo explicar a Barack Obama en el contexto de la tradición política norteamericana y los valores que la sostienen desde su fundación? ¿Qué anomalía ocurre en un país que apenas hace 40 años concedió libertades políticas a la población negra y que vertiginosamente colocó a uno de los suyos en la cumbre del poder? Sabemos que la libertad y la igualdad concebida por los llamados “padres fundadores” de la nación americana se ejercían entre los integrantes de una comunidad racial homogénea. Ni Madison ni Hamilton tenían en mente una situación como la que inusitada y afortunadamente tienen hoy. En todo caso, podemos decir que se ha cumplido una suerte de profecía poética de nuestro admiradísimo Walt Whitman, la del concilio de todas las razas y de todos los credos, integrados en un banquete de personas que transpiran los esfuerzos de su oficio, que todavía albergaba hospitalariamente a los miles de refugiados que llegaban hasta ese suelo, en aquel canto donde es festinada una masa orgiástica y democrática: Hojas de Hierba.
Aunque los efluvios de Toni Morrison sean comprensibles si comparamos las habilidades retóricas de Obama con Bush, en realidad la imputación de ser el peor presidente de la historia de Estados Unidos no pasaría por las destrezas poéticas. En todo caso, no sería tan importante si se toma en cuenta su total falta de sentido en cuestiones tan importantes como las políticas de bienestar, su absurda inclinación a inventar guerras y su increíble capacidad para dejar a un país en bancarrota: el punto en que deja el poder coincide con el desplazamiento de Estados Unidos de su lugar hegemónico del mundo unipolar, para dar paso a una posición en que seguirá ocupando un lugar preeminente, pero ya no necesariamente como maestro del universo. Ahora bien, la crisis del mundo unipolar no quiere decir que necesariamente los políticos de Estados Unidos se propongan abandonar esa posición, para abrirse a una relación más horizontal con la comunidad de las naciones; los orígenes de Barack Obama le dotan de más sensibilidad que sus antecesores blancos, pero esto no quiere decir que los cambios que se propone hacer sean de tal naturaleza que ponga a temblar a todos los centros del poder financiero, a los magnates de la industria, algunos de los cuales financiaron su campaña.
El proceso de transición de Estados Unidos es interesante porque nos instala ante un parteaguas en el que algo se cierra y algo nuevo tiene comienzo. Con Bush se va la época del imperio que imponía su visión de las cosas al mundo, la pax americana. ¿Con Obama se abre lo que podría ser una nueva época no sólo en Estados Unidos, sino en todo el mundo? Todavía no lo sabemos. Demasiado optimismo puede generar decepciones mayúsculas: su campaña no necesariamente muestra todos los aspectos desde los cuales gobernará a Estados Unidos. Que una mujer llegue al poder no implica necesariamente la emancipación de las mujeres, que alguien proclame la necesidad del cambio no quiere decir necesariamente que las cosas van a cambiar; falta mucho para hacer que doblen las campanas. El valor de este gran acontecimiento tendrá que ser ratificado por el futuro inmediato. En tanto, el mundo se dispone a admirar una especie de historia cenicienta, en un país en el que el modelo más admirado es el self made man, el que se ha abierto brecha desde la nada hasta la cumbre, esa especie de ideal atlético que inspira muchas de las razones de los norteamericanos. Habrá que tomar con reservas toda esa euforia y esperar a que tome decisiones, para mostrar de lo que está hecho y lo que será un hombre instalado en el poder, tomando decisiones difíciles y que no necesariamente gustarán a muchos. El misterio de Obama se resolverá hasta entonces. Sean peras o sean manzanas: play it that, Jazz Band.
VÍCTOR MANUEL PINEDALa Jornada ,Michoacán
http://www.lajornadamichoacan.com.mx/2008/11/06/index.php?section=opinion&article=008a2pol
3 comentarios:
Menos mal: uno que habla acordes y que no se deja seducir por el Gran Seductor.
Como si ser negro fuera ya, por el color de la piel, sinónimo de ser el Buen Salvaje.., ay Dios. Eso se llama discriminación.., pero inversa.
En cuanto a lo del Papa Negro: bueno, quizá Nostradamus vio un Juan Pablo II asesinado cuando fue realmente herido.., y luego viera a un Papa Negro, cuando realmente lo que vio es un líder mundial negro. Al fin y al cabo, ¿cuál es la religión mayoritaria hoy en los USA? Lo pregunto porque lo desconozco. ¿Cuál es la religión oficial de la población negra? ¿Y de la hispana? Demasiadas preguntas en mi cabeza, y demasiadas pocas respuestas...
Creo que es la fiebre, que me pone en ebullición ;-)
Besos Archernar!
Andrómeda72.
te felicito por tu blog!!! es exceletne..te invito al mio haciendo click en mi nick.
el nombre del blog es astrofabio y solo trata de sicoastrologia..pero quizas te resulte interesante
Tambien hablo y estudio a los asteroides, a Lilith y a los nuevos planetas...
un saludo desde Montevideo
Fabio
Astrofabio:
Ya visité tu blog.Magnífico. Me gustó y lo acabo de enlazar.
Saludos
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