martes, 24 de febrero de 2009

URANO EN TRANSITO EN ASPECTO CON LA LUNA NATAL


De “Los dioses del cambio”,

Howard Sasportas



En tanto que el Sol señala la forma en que expresamos nuestra individualidad y nuestro poder, la Luna se refiere a nuestras emociones y nuestros sentimientos, la forma en que instintivamente reaccionamos o respondemos ante los demás. La Luna también nos habla de las condiciones de nuestra vida hogareña, de cualquier cosa relacionada con la madre o con la actitud materna, y de nuestra relación con las mujeres en general. Cuando Urano en tránsito forma un aspecto con la Luna natal, señala que en estos ámbitos es necesario llevar a cabo algún cambio.



Cuando Urano en tránsito forma un trígono o un textil con la Luna, generalmente se nos hace fácil tratar con el tipo de cambios que van asociados con él; es decir, nuestros sentimientos pueden encontrarse excitados o acentuados, y estamos receptivos para experiencias nuevas de naturaleza emocional. Durante este tiempo, tanto los hombres como las mujeres tienen oportunidad de experimentar dentro de sí una gama más amplia de respuestas emocionales. Para los hombres, estos se da con frecuencia mediante el encuentro con una mujer que los despierta en este sentido. En la carta de una mujer, los tránsitos armoniosos de Urano en relación con la Luna indican un mayor despliegue de sus identidad en cuanto mujer. A veces la mujer se estrena como madre cuando Urano está en trígono o textil a la Luna.



De la misma manera, si nos mudamos de casa cuando Urano en tránsito forma un aspecto armonioso con nuestra Luna, es probable que el cambio sea para bien, por más que al principio la mudanza parezca una perturbación incómoda. Además, el trígono y el textil también pueden manifestarse como un avance de signo positivo en la relación con nuestra madre. La capacidad de comprensión recíproca mejora, y nos encontramos con que ahora podemos estar con ella sin sentirnos invadidos ni abrumados. Somos más capaces de tomar distancia y de mantenernos aparte de ella y, por consiguiente, de verla con más claridad. Sin embargo, es probable que con los tránsitos difíciles Urano-Luna se produzcan problemas con nuestra madre. Si nuestra identidad ha estado demasiado confundida con la suya, quizás ahora tengamos que enfrentarnos a ella para poder establecer una identidad aparte y más clara. La conjunción, la cuadratura y la oposición por tránsito entre Urano y la Luna natal también pueden referirse a un momento en que quien pasa por una perturbación o un cambio vital es nuestra madre.



Durante los tránsitos difíciles Urano-Luna, algunas madres jóvenes pueden sentirse frustradas por las limitaciones y el encierro que les impone su condición de tales, y quizá se beneficien buscando la manera de expresar otros aspectos de sí mismas. Para las mujeres mayores, estos tránsitos se corresponden a veces con los cambios de la menopausia, y señalan el momento de explorar maneras nuevas de expresar la necesidad lunar de cuidad de otros o de nutrirlos emocionalmente. Los hombre que experimentan estos tránsitos pueden atraer a mujeres de naturaleza uraniana que alteren su experiencia o visión de la vida, o bien estar en estrecho contacto con una mujer que esté pasando por un cambio importante o por una auto-revaluación que afecte de forma directa la vida de ambos. Los niños con tránsitos Urano-Luna experimentarán normalmente su influencia en función de la relación con su madre, quien puede estar pasando a su vez por momentos de perturbación y cambio.



Si Urano en tránsito forma aspectos como la conjunción, la cuadratura y la oposición con nuestra Luna natal, es probable que tengamos la vivencia de estados emocionales que nos desgarren o perturben. Si usted es una persona que no llora con facilidad, es probable que de pronto se encuentre con que se desmorona y rompe en llanto al más leve estímulo. Y no sólo sorprenderá a los demás; también se sorprenderá usted mismo con los sentimientos que tendrá en esos momentos. A algunas personas con tránsitos difíciles Urano-Luna las angustian tanto las emociones que afloran a la superficie que temen que se trate de una crisis nerviosa o piensan que están perdiendo el dominio de sí mismas. Los sentimientos que antes respetaban los diques autoimpuestos ahora irrumpen en la conciencia, haciendo trizas todo el dominio que la persona tenía sobre sí misma.



Cuando Urano en tránsito forma un aspecto difícil con nuestra Luna natal, es probable que nos sintamos inquietos e incómodos en los ámbitos de la vida que representan las casas que están en juego (la casa donde está emplazada la Luna natal, la casa por donde transita Urano y la casa que tiene a Cáncer en la cúspide o interceptado) . Es probable que deseemos desembarazarnos de cualquier circunstancia que nos dé la impresión de que nos limita o nos constriñe. Así como es apropiado que examinemos nuestros sentimientos de frustración y de descontento, puede que no siempre sea prudente actuar dejándonos llevar con demasiada rapidez por ellos, especialmente si en el pasado hemos tendido a desbaratar sin más trámites el status quo siempre que nos hemos sentidos atrapados o incómodos. Antes de introducir ningún cambio importante, es necesario que nos tomemos tiempo para examinar nuestro deseo de huir de las estructuras y de las relaciones que existen en nuestra vida, o de destruirlas. Si nuestra evolución está verdaderamente bloqueada por las circunstancias en que nos encontramos, es probable que tengamos que seguir lo que nos dictan nuestros impulsos uranianos y liberarnos. Sin embargo, puede ser que descubramos que no es en realidad la situación externa lo que nos está frenando, sino que el bloqueo es interno y que hemos proyectado sobre el medio nuestro propio miedo o la aprensión que nos provoca el hecho de seguir avanzando en la vida. Acusamos a los demás de imponernos restricciones, cuando en realidad vacilamos o nos asustamos al enfrentarnos con maneras nuevas de seguir evolucionando. En este caso, lo que nos falla y es necesario alterar no son las circunstancias externas; lo que tenemos que afrontar es nuestra resistencia interna. En momentos así, la premura por alterar el status quo también puede provenir de un profundo miedo a comprometerse, que en sí ya es algo que vale la pena examinar de cerca.



Podemos experimentar un tránsito difícil Urano-Luna por mediación de acontecimientos externos, aparentemente fuera de nuestro control, que conmueven nuestro mundo y amenazan nuestra seguridad. Puede ser que se acabe de pronto una relación, o que nos veamos obligados a cambiar de casa, o ambas cosas. Incluso si lo que nos pasa parece ser totalmente obra del destino, debemos tomarnos el tiempo necesario para evaluar si los sentimientos que hemos venido teniendo antes de esta conmoción no se relacionan de alguna manera con lo que hemos atraído a nuestra vida. Nuestros propios deseos no reconocidos de cambiar, al ser proyectados al exterior y volver a nosotros por obra de un agente externo, pueden tener algo que ver con el terremoto en medio del cual nos hallamos. Si ni siquiera al examinar así la situación conseguimos encontrar ninguna relación entre esos acontecimientos y los sentimientos de apremio ocultos en nosotros mismos, es probable que al Sí mismo nuclear le parezca necesario todo ese trastorno para que cultivemos ciertas cualidades que no habríamos llegado a desarrollar si la vida hubiera seguido siendo la misma.

3 comentarios:

singamaraja dijo...

Auuum,

Beutiful waterfall

Myhaus dijo...

Hola que tal, me propusiste intercambiar enlaces con mi blog y te escribo para decirte que estoy de acuerdo, ya he puesto un enlace hacia tu blog en el mío y ahora espero que tu pongas un enlace hacia mi blog.
Muchas gracias, siempre es un placer poder coolaborar.

saludos,
Gilberto R. R.

Achernar dijo...

Gilberto:


Ya enlacé tu blog. Gracias