De una manera o de otra, estos tránsitos nos piden que en nuestra relación amorosa nos sacrifiquemos y nos adaptemos de maneras que, con frecuencia, significan dejar de lado nuestras propias necesidades en beneficio de otras personas.
En el campo del amor, Venus espera recibir algo: “Te amaré si tú me amas” o “Te amaré si haces lo que yo quiero”. El de Neptuno es un amor más desinteresado: “Te amaré aunque tú no siempre puedas amarme como yo necesito”. Cuando Neptuno en tránsito forma un aspecto con nuestro Venus natal es probable que nos hallemos en situaciones en las que se nos pide que amemos a alguien aunque esa persona no siempre pueda darnos justamente lo que nos gustaría recibir.
Bajo la influencia de cualquier tránsito Neptuno-Venus tendemos a dejarnos fascinar por personalidades neptunianas (cualquiera que tenga a Piscis, Neptuno o la duodécima casa muy marcada en la carta natal, o que esté pasando por tránsitos importantes de Neptuno) . Puede ser que nos atraigan los “perdedores” o las víctimas, la gente que da la impresión de que no puede dar pie con bola en su vida y que busca en nosotros un apoyo emocional o financiero. O podemos ser nosotros mismos quienes hagamos el juego del débil y necesitado –el héroe sufriente o la doncella en dificultades- y busquemos un salvador que nos rescate. Y entonces somos especialmente susceptibles a las personas soñadoras y de sensibilidad poética o artística, que nos inspiran con sus visiones y su imaginación pero que quizá no tengan mucho que ofrecernos en cuanto a seguridad material. En cada una de estas situaciones hay algo de desigual o de desequilibrado en la relación. Nosotros somos fuertes y la otra persona es débil, o a la inversa. Es necesario que nos preguntemos por qué hemos atraído este tipo de relación en este momento, y cuál es la lección que debemos sacar de la experiencia. ¿De qué puede servirnos rescatar a la otra persona? ¿Por qué tenemos tan pobre opinión de nosotros mismos que soportamos estoicamente que la gente nos trate mal? Si vamos en busca de un salvador, ¿qué nostalgia no satisfecha de nuestros primeros años estamos activando? Generalmente, la gente llega a nuestra vida por alguna razón: si nos sentimos atraídos por personas soñadoras y poéticas, esto nos dice algo sobre las características que necesitamos integrar en nuestra consciencia para llegar a estar más completos.
“Los dioses del cambio”
Howard Sasportas
5 comentarios:
Aquí sigo conectada con otros mundos de gran interés y conocimientos para mi ser.
Te dejo un abrazo!
Siempre es ameno conocer blogs desde otras latitudes que nos ilustran, en este caso, merecedor del Premio “Esfera al intelecto y la filosofía”. Por si deseas retirarlo, este es el enlace:
http://www.marthacolmenares.com/2008/09/13/tu-denuncia-y-el-don-de-la-amistad/
Mis saludos desde Venezuela,
Martha Colmenares
Gracias, Beatriz, por tu presencia en este blog.
Abrazos
Muy bueno el articulo.
Gracias, Fiorella. Todos esos textos son de Howard Sasportas.
Saludos
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