Bajo un tránsito de Neptuno en aspecto con Venus natal es posible que sintamos una atracción irresistible por personas que son inalcanzables o incapaces de ofrecernos la clase de amor que necesitamos. ¿Por qué sucede esto? No hay respuestas fijas, pero se podría estudiar sin duda la posibilidad de un dilema edípico no resuelto: ¿no estaremos todavía intentando apartar a papá de los brazos de mamá o viceversa? ¿O hay en nosotros alguna especie de impulso religioso que equipara la ofrenda de sacrificios personales con el sendero de la redención espiritual o de la salvación? ¿Qué hay en lo trágico que tanto nos atraiga? ¿No habrá una parte de nosotros que está verdaderamente aterrorizada ante la idea de una relación que significa un compromiso, y por eso insistimos en buscar personas con quienes no podemos establecer una unión así? Amar a alguien que es inalcanzable significa que podemos fantasear sobre lo maravilloso que sería si pudiéramos estar siempre con esa persona, algo que es muy diferente de la realidad de la vida doméstica.
En algunos casos, el aspecto formado por Neptuno en tránsito con el Venus natal (tanto el trígono y el textil como los ángulos difíciles) coincide de hecho con la pérdida o la separación de un ser amado, ya sea por divorcio, muerte o de alguna otra manera. Si esto sucede, es preciso que nos tomemos el tiempo necesario para hacer el duelo por lo que hemos perdido.
En términos más generales, estos tránsitos (especialmente el trígono y el textil, y también las conjunciones cuando el Venus natal está bien aspectado) indican una época en que nuestra capacidad de apreciar el mundo que nos rodea se incrementa. El corazón se expande y rebosa de amor, no por una persona, sino por toda la humanidad y el resto de la creación. Nos conmueve fácilmente la belleza, y nos sentimos más afectuosos con los demás. La expresión creadora puede alcanzar una culminación, e igualmente aumenta nuestra apreciación de toda expresión artística. Cuando Neptuno transita en aspecto con nuestro Venus natal, nos sentimos atraídos por todo lo que nos lleve más allá de las fronteras de nuestro ser individual, y esto explica el incremento de las vivencias religiosas, espirituales o místicas que experimentan algunas personas en esos momentos. Sin embargo, la cuadratura y la oposición por tránsito, así como la conjunción cuando el Venus natal tiene aspectos difíciles, pueden “hacernos” más sensibleros o sentimentales de lo habitual; estamos tan ávidos de amor y de afecto que los buscamos dondequiera que podamos hallarlos, y esta situación puede dar origen a la promiscuidad o a una falta de discriminación en nuestra elección de pareja. La urgencia por trascender las realidades mundanas de la vida diaria también puede manifestarse en una desmesura en la búsqueda de placeres, y con frecuencia en una complacencia excesiva en el alcohol y otras drogas.
Lo mismo sucede con cualquier tránsito de un planeta exterior en relación con Venus, podemos experimentar algún cambio o variación en nuestro sistema de valores, es decir en lo que nos parece hermoso o esperamos obtener de la vida. Si siempre hemos depositado nuestra fe en el dinero o en el éxito material como meta final de la existencia, es probable que descubramos que hay otras cosas menos tangibles que necesitamos para realizarnos efectivamente. Hay algo paradójico en la forma en que funcionan los tránsitos Neptuno-Venus. A veces no nos dan lo que queremos, así que nos vemos forzados a buscar nuestra felicidad de otras maneras. En ocasiones, estos tránsitos nos dan precisamente lo que nuestro corazón desea, pero entonces nos encontramos con que no es lo que esperábamos que fuese.
“Los dioses del cambio” Howard Sasportas
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